Fue un doctor en Ciencias Filológicas y profesor titular de la Universidad de la Habana, centro en el que contribuyó a la formación de varias promociones en especialidades del campo de las Humanidades. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y colaborador de la Fundación Nicolás Guillén. Fue colaborador en la lucha contra la tiranía batistiana y perteneció a la llamada segunda generación de escritores que publicaron después del triunfo revolucionario de 1959, también reconocida como generación del primer Caimán Barbudo. Se destacó por la versatilidad de su extensa obra publicada, que incluyó poesía, narrativa y ensayo; un legítimo gusto por las letras que se evidenció en su quehacer académico y en la significativa labor de promoción literaria acumulada.